El Orgullo Soberbia y Vanidad

El orgullo, la soberbia y la vanidad es un sentimiento de valoración de uno mismo por encima de los demás. El orgulloso puede tener una justa apreciación de su valía, pero su engaño consiste en que se considera que el mérito de su valor es único y exclusivamente suyo y no soporta pensar que ha llegado a esa posición ayudado por otros y que sin ellos no hubiese llegado jamás a estar donde está.
Es un desagradecido que suele pagar la ayuda que le prestan con el olvido, la indiferencia, el rencor, el resentimiento o el aprovechamiento para si. No quiere la cercanía de quienes le han ayudado porque le recuerdan su dependencia.
El orgulloso es vertical, obsesivo y terco en su posición y no acepta errores o correcciones puesto que necesita estar por encima por su inefabilidad y ocupar el primer lugar porque tiene lo que hay que tener para pertenecer a la clase, lo que justifica plenamente, su orgullo.
La soberbia es la falta de la verdad acerca de nuestra posición e importancia en el mundo. Al soberbio le gustaría ser el más importante y se convence que su impacto en la marcha de la vida del País es fundamental y lo lleva a concluir que es más grande de lo que en realidad es y lo hace sentirse poderoso. No soporta pensar que alguien pueda tener más influencia que él en los acontecimientos.
Quiere controlar todo en su vida o entorno político, sin pedir nada a nadie y puede ser agradecido inicialmente, pero una vez obtenido su objetivo su impronta será mayor para con aquellos que le ayudaron a llegar donde está.
Una referencia de un personaje orgulloso es I- Jactándose, que es hablar de uno mismo de sus logros, exagerando sus facultades y virtudes que no tiene. II- Mintiendo exageradamente en toda ocasión sin el menor asomo de ruborizarse y III- Hablando mal de otros y exaltándose a sí mismo con aires de presumir y alardear por sus actuaciones.
Consecuencias
1º El orgullo hace que el hombre trate de aparentar ser algo que no es. y por tanto nos hace falsos e hipócritas
2ºEl orgullo al hacernos tratar de aparentar lo que no somos, nos coloca en una tensión indebida consumiéndonos emocionalmente siendo el responsable de nuestro agotamiento y crisis nerviosa.
3º El orgullo nos hace tener una alta opinión de nosotros mismos y ver inferiores a los otros y obviamente a sus opiniones.
4º El orgullo nos hace ser descortés, contrario a una muestra de grandeza que es la habilidad de recibir de otros cualquiera sea su nivel, empequeñeciendo al ser humano.
5º El orgullo es pretencioso y cree tener las respuestas a todas las situaciones, lo cual no es cierto y al no escuchar a los demás es falta de sabiduría, incrementándose con dilatación la solución o compromiso unido al falso cumplimiento con una demagogia a través de la acostumbrada retórica política.
6º El orgullo hace que el hombre alberge ideas muy altas de sí mismo e induce a muchos aduladores y cercanos a su entorno a vivir en un mundo de sueños, pero con los esfuerzos y sufrimientos de una gran mayoría.
7º El orgullo protege arduamente a su yo El EGO que no solo le gusta ganar, sino que lo necesita desesperadamente y siempre ansia algo. Se regocija en sus éxitos, dinero, poder, gloria, cuenta sus trofeos, recompensas y condecoraciones con preferencia las internacionales entregadas en suntuosos eventos con divulgación por los medios globales
8º El orgullo busca siempre lo suyo y anhela la alabanza de los hombres. Aplicando el incumplimiento en la hora de sus compromisos para darse mayor importancia. No es posible encontrar la satisfacción plena mientras quede alguien a quien vencer, su esfuerzo es un espejismo que jamás lo lograra
9º El orgullo lucha por tener un gran nombre, títulos propios o asignados y gozar de gran popularidad, ama la publicidad preferentemente la internacional no importa el precio que hay que pagar, pues es él y lo merece todo. Incluyendo grandes y costosas celebraciones contrarias a su discurso populista de austeridad Anhela ser el centro de atención utilizando lenguaje elevado que la gente del común no entiende, con el fin exaltarse a sí mismo y sonar superior a todos
TODOS NOS PODEMOS CONVERTIR EN ESCLAVOS DE NUESTRAS CONCIENCIAS SI NOS CREEMOS NUESTRAS PROPIAS MENTIRAS O NOS DEJAMOS ENGAÑAR POR LAS MENTIRAS AJENAS